ALGUNAS CAUSAS:
- Hay padres que se equivocan en el tamaño de las raciones y quieren que su hijo coma más de lo que necesita.
- El niño esté atravesando un mal momento familiar: el nacimiento de un hermano, falta de dedicación por parte de sus padres, un deseo de llamar la atención o cualquier cambio en su vida…
- El niño manejado por una madre autoritaria y nerviosa que crea un ambiente tenso de disgusto, con prisas y amenazas en vez de hacer de la hora de la comida un momento de encuentro y diálogo, de tranquilidad y afectividad.
- Otro tipo de niño es el que come a cualquier hora menos a las horas de las comidas. Ante este caso, nuestra postura debe ser firme y debemos mantener la disciplina de comer a sus horas, si queremos que su alimentación se normalice.
- Es frecuente también que durante la enfermedad, el apetito disminuya.
- No utilices el alimento como premio o castigo.

ALGUNAS SOLUCIONES:
- Es importante que se respete un horario fijo para las comidas, comenzamos así a crear un hábito.
- Proporcionarle una alimentación variada…
- Evitar el conflicto a la hora de comer
- NO entretenerlos con cuentos, juguetes o televisión mientras le das de comer cucharada a cucharada.
- Ponle una cantidad adecuada para que se termine el plato. Es mejor que repita a que se desanime y que se sienta incapaz de terminarlo.
- Para el niño es tan importante el gusto como el tacto en el descubrimiento de los alimentos. Por eso se le debe permitir tocar los alimentos.
- No utilices el alimento como premio o castigo.
- Haz atractivos los platos